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27 de diciembre de 2007
Navidades en Ko Pha Ngan
Para pasar estos días pensamos en la isla de Ko Pha Ngan. Es una isla bastante grande que se encuentra en el Golfo de Siam a la que solo se puede llegar en ferry. Por ahora es la más grande en la que he estado, aunque la próxima semana sera superada por Koh Samui donde pasaré la nochevieja. Las comunicaciones dentro de la isla son regulares, con pocas carreteras y en un estado mejorable, pero quizás por eso no hay grandes resorts, así que solo se ven pequeñas cabañas justo al lado de las playas o disimuladas entre las palmeras de una colina. En esta isla es donde se celebra la famosa fiesta de la Full Moon Party en la playa cada noche de luna llena. Y por casualidad este año coincidía la nochebuena con luna llena, y por eso nos decidimos a venir aquí. A esta fiesta suelen venir miles de personas, y este año se esperaban unas 30.000 personas en una sola playa de fiesta hasta mas allá de la salida del sol y por eso nos alojamos en la parte contraria de la isla mucho mas tranquila y bonita.
Pero empecemos por el principio. En la oficina se estableció oficialmente el día 24 como festivo, así que la ruta hasta llegar al Koh Pangan fue: autobus Bangkok-Chumphon, Chumphon-Koh Tao y Koh Tao-Ko Pha Ngan en ferry. Un poco paliza, pero las distancias son grandes aquí. Nos recogió el personal del resort y nos llevó en pick-up porque el último tramo de la carretera no estaba asfaltado e incluso en malas condiciones en un par de tramos. Tal era el aspecto al estar en medio de la selva que nos encontramos un gran lagarto en la mitad del camino que salió corriendo en cuanto nos acercamos un poco.
El resort era precioso, en una colina que daba a una playa tranquila de arena fina, agua transparente y palmeras. Nos pasamos todo el sábado en aquella playa haciendo snorkel y descansando.
El único problema que tenía este resort es que estaba demasiado apartado de todo y teníamos que estar pidiendo taxi cada vez que queríamos ir o venir. Así que el día siguiente lo gastamos en buscar unas motos para movernos por la isla y otras cabañas mas cercanas a la playa de la fiesta para poder descansar mas tiempo ya que el día posterior a la fiesta cogíamos el barco de vuelta a las 13:30 y perderíamos demasiado tiempo en ir y volver a este resort. Una vez lo tuvimos todo resuelto, a lo único que nos dio tiempo fue ir a ver la puesta de sol a una de las playas del sur de la isla.
Al día siguiente pasamos todo el día en una playa muy bonita en el norte de la isla pero mas al oeste de donde estábamos nosotros llamada Hat Thong Lang. Tenía una isla enfrente a la que se podía llegar a través del agua que te cubría por la cintura cuando nosotros llegamos pero que dependía de la altura de la marea. Muy tranquila la playa, con poca gente y bonitas cabañas.
Ya por la noche empezó el festival en la playa. Antes nos habían dicho y habíamos leído que la fiesta había degenerado en los últimos años y estaba llena de extranjeros borrachos o drogados, que no lleváramos nada de valor, que cada año morían al menos un par de personas y que la aglomeración de gente era tal que no se podía estar cómodamente en la playa. Luego resultó que no era nada de lo que nos habían dicho. Es cierto que había mucha gente, pero se podía estar tranquilamente en la playa, sin sensación ninguna de peligro ni malos rollos ni gente demasiado pasada. Simplemente fue una gran fiesta en una gran playa con mucha gente. Lo pasamos fenomenal bailando toda la noche en la playa a veinti tantos grados de temperatura y en pantalón corto.
Al día siguiente emprendimos el regreso en sentido inverso al que llegamos.
20 de diciembre de 2007
Hasta pronto Macfer
Pues la despedida empezó el jueves en la oficina. Javi es muy querido aquí. Te trae regalos en cada viaje que hace, hace una ronda por todos los sitios para dar los buenos días al personal y preguntar que tal va todo y da un toque de alegría. Así que hicimos una comida en su honor en la que no falto el jamón, el queso, una ensalada hecha por nosotros y la ya típica comida mexicana que Faustina fabrica en su propia casa.
De ahí decidimos ir a una discoteca nueva que nos habían recomendado. Estaba dentro del hotel Windsor y es una discoteca de las que cierran tarde y solo está regentado por tais. El sitio estaba bien, pero la música acabo rallándonos con tanto Hip-Hop, pero lo pasamos fantástico allí bailando y tomando unas copas.
El viernes, como era de esperar, estábamos todos muertos para ir a trabajar, pero aquí el cuerpo se te hace y al final soportamos bastante bien la mañana. Por la noche fuimos a cenar a un nuevo restaurante español que inauguraban en el Hotel Grand Millennium donde toda la comida que pidiéramos era gratuita y solo se pagaban las bebidas, así que ya os podéis imaginar como nos pusimos. Después de la cena nos tomamos nuestra última cerveza y charlamos con Javi disfrutando de las magníficas vistas de la planta 44.
Y así llego el día de la despedida. El día anterior, sin hacer nada, nos habíamos acostado bastante tarde, así que agradecí poder dormir mas de 9 horas seguidas, algo que aquí parece casi imposible hacer. Después de un bañito en la piscina subimos a ayudar a Javi a terminar de preparar sus maletas y al mismo tiempo preparar una última comida con él a la española. Uno no se puede imaginar la cantidad de cosas y trastos que puede acumular una persona durante todo un año. Nos fuimos al aeropuerto con cuatro maletas que obviamente no pudo facturar. Solo le dejaron dos y porque al final le lloramos un poco a la chica y le enseñamos la tarjeta de la embajada.
Una despedida muy sentida. Esto no va a ser lo mismo sin el, pero nos ha instruido muy bien y ahora debemos volar solos sobre estas tierras.
Un abrazo señor ministro. Que te vaya bonito. Nos veremos pronto.
13 de diciembre de 2007
Koh Phi Phi
En principio el viaje estaba previsto para Camboya pero una comida en mal estado en Pai hizo que me tuviera que quedar un par de días en cama con la consiguiente perdida de billete de avión a Camboya. Que le vamos a hacer, iré en otra ocasión. El caso es que el momento era el mejor, porque aquí hemos tenido un puente de esos que llaman acueducto. El miércoles 5 fue el cumpleaños del Rey de Tailandia que cumple ochenta añazos, el jueves 6 es el Día de la Consitución Española y el lunes 10 es el Día de la constitución Tailandesa, así que cogiendo el viernes 7 consigues 6 días de vacaciones seguidos que puedes aprovechar para ir a aquellos lugares que necesitan algo mas de tiempo
Bueno, pues una vez frustrado mi viaje a Camboya y recuperado de mi estomago, me uní al viaje organizado por Elena en el que iba su prima y unos amigos que tenía de visita a las islas Phi Phi.
Salimos el jueves por la mañana. Yo no tenía billete de avión pero decidí jugármela e irme al aeropuerto a ver que encontraba. Y me salio bien. En la misma taquilla de la compañía me saque un billete de ida por unos 36€. Ahora ya podía sentirme parte del grupo.
Llegamos a Krabi y alquilamos una super furgoneta igual que cuando fuimos a Koh Lanta.
Desconocíamos que en esta parte del mundo se notara tanto la subida y bajada de la marea del mar, y cuando llegamos estaba baja así que era difícil bañarse por la poca profundidad, pero aprovechamos para relajarnos y tomar un rato el sol. Toda esta zona es muy conocida por la escalada, ya que hay muros naturales muy altos y muy lisos que, al parecer, son propicios para la escalada. El caso es que estaba lleno de gente escalando por todos lados. Por la noche, después de cenar, nos tomamos unas cervezas en las amacas de un chiringuito que estaba en la misma playa bajo un cielo lleno de estrellas como yo hacía tiempo que no veía.
Al día siguiente decidimos madrugar un poco para coger el ferry que nos llevaba a Phi Phi pero no madrugamos lo suficiente y lo perdimos. El resto del día fue tirarlo a la basura, porque tuvimos que volver a coger un bote que nos acercara hasta Ao Nang e ir a un lugar donde comprar los billetes del próximo ferry que salía a las 15:00, y eran las 11:30!!! Después el ferry llegó tarde y salio del puerto casi a las cuatro de la tarde. El viaje dura dos horas que convinamos entre la una siesta tardía y el disfrute del paisaje, sobre todo cuando nos ibamos acercando a la isla. Cuando llegamos ya era denoche así que buscamos un taxi que nos llevara al resort donde teníamos reserva. Pues resulta que en Phi Phi solo hay dos carreteras y no es posible ir en ningún vehículo terrestre a otra parte de la isla, el único medio es el bote-taxi. Nos querían cobrar un montón por llevarnos a nuestro resort y pensamos coger otro en el centro de la isla y así no movernos, pero los precios de estos resorts a esas horas estaban por la nubes. Encima el marinero nos decía que el mar estaba muy movido, que era peligroso y que tendríamos que desembarcar con el agua por encima de la cintura.... no lo vimos muy claro, se nos habían hecho las nueve de la noche y todavía estabamos decidiendo que hacer, así que optamos por lo mas facil y nos quedamos en el centro. Alli nos encontramos con una chica que estaba en nuestra misma situación y la convencimos para que se viniera con nostros al resort. Vivía en Australia aunque había nacido en Malasia y estaba haciendo un tour por todo el sur este asiático ella sola.
Para el día siguiente contratamos un bote para todos para que nos diera la vuelta a la isla y poder hacer snorkel.
El mar seguía movido y cuando llegamos a nuestra primera parada estabamos tan empapados como si hubieramos sido arrastrados con una cuerda por el barco. El primer sitio fue la famosa playa que aparece en la película de Leonardo Dicaprio. Está en otra isla cercana llamada Phi Phi Leh dentro de Maya Bay. No pudimos desenbarcar en la misma playa porque había que pagar y nos parecía abusivo, así que lo hicimos en otra mas pequeñita que estaba enfrente y mas tranquila, porque la famosa estaba lleno de botes, lanchas y gente.
Estuvimos haciendo snorkel un rato por alli. Fue muy bonito, viendo bancos de peces que casi se dejaban tocar, muchas clases de peces que ahora no sabría describir, .... Luego nos llevó a una playa pequeñita a donde se accedía a través de una pequeña apertura en la roca y donde no había nadie. La playa era muy bonita, con arena blanca y fina como la arina. Nos tumbamos un rato disfrutando de la magnífica vista y continuamos con el tour hasta llegar a la última playa que era la de "Los monos". Cuando llegamos me decepcionó un poco porque no vi ninguno. Me tire un rato a la arena y me quedé dormido. De repente empecé a oir ruidos y cuando abrí los ojos un grupo de monos se dirigían hacia mi corriendo, así que pegué un salto de la toalla. El resto del tiempo que estuvimos aqui, los monos estuvieron haciendo de las suyas: cogiendo cosas de las bolsas de los turistas, arañando si te acercabas mucho, trepando, .... Al final acabas un poco cansado de estar pendiente de que no se acerquen. Ya por la noche repetimos el plan de la anterior: cervecita en las amacas viendo las estrellas.
El domingo fue un día mas tranquilo. Cambiamos de resort a uno un poco mas barato y mas centrico. Por la mañana estuvimos reposando en la playa principal de la isla y luego subimos a un mirador para contemplar la isla un poco mas desde lo alto.
y por la tarde decidimos hacer una excursión andando a otras cercanas que había que ir con agua por la rodilla o saltando por las rocas. Mereció la pena el paseo y el peligro de ir atravesando rocas con los pies descalzos o unas super chanclas de los moros, pero disfrutamos de unas vistas preciosas. Al final llegamos a una playa con un resort donde decidimos darnos un baño hasta que anocheció, y después de tanta caminata nos merecíamos un masaje a pie de playa escuchando las olas del mar para terminar cenando en el mismo resort en primera linea de arena.
Las vueltas ya se saben como son, así que la pasaré por alto.
Los primeros dias me decepcionaron en Phi Phi. El centro parece casi como Benidorm. Lleno de ingleses borrachos, una fila con unos bares con la musica muy alta y estridente y la gente agrupada en la playa con las sillas incrustadas en la arena bebiendo. Podría ser cualquier otro sitio de playa en España cuando se hacía denoche. Pero el último día que visitamos la otra zona mas tranquila hizo que cambiara mi concepto. Lo que hay que hacer aqui es alejarse todo lo posible del centro, así que tendré que volver para quitarme este saber un poco amargo que me ha quedado.
3 de diciembre de 2007
Do nothing in Pai
Fuimos al guest house, dejamos las maletas y salimos a explorar. Pai es un pueblecito hippie al que se acercan muchos mochileros a pasar unos días de relax, aunque la mano del turismo se nota en cualquier sitio hoy en día. Está a unos 135Km de Chiang Mai y tiene una calle principal llena de puestos de ropa, artilugios para ponerse, puestecitos de comida y bares donde comer o tomarse una cerveza por la noche con música en directo.
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La primera parada fue temprana y visitamos un cañón con unas vistas preciosas.
Y empieza la carrera!! Ya no hubieron mas paradas y nos quedaban aproximadamente 100Km. El tiempo se nos echaba encima, teníamos que coger el bus de vuelta a las nueve. El segundo tramo del camino fue precisos porque la carretera transcurría por en medio de la selva que dias atrás habíamos sobrevolado en avioneta.
La noche y el frío terminaron por aparecer, pero eso no consiguió mermar nuestro animo y seguíamos disfrutando de la carretera kilómetro tras kilómetro. La selva termino y comenzaron las carreteras de varios carriles y el tráfico que nos decía que ya estábamos cerca. Finalmente, y después de cerca de cuatro horas subidos en las motos, alguna vuelta de mas debido a nuestra falta de orientación y 706 curvas llegamos al destino. Con mucha pena pero con una gran satisfacción por lo bien que lo habíamos pasado, cambiamos el viento en la cara y el ruido de la moto por una manta y un lugar donde apoyar la cabeza del autobús que nos dejó, una vez mas, en Bangkok.
26 de noviembre de 2007
Ayutthaya y Loi Krathong
Después de esto y una vez que hubieron llegado el resto de la gente del grupo de Bangkok, nos fuimos a comer a un sitio muy bonito y tranquilo con vistas al templo. Luego fuimos a la feria del pueblo donde habían un montón de puestos de comida, ropa, música, ... y donde estaban proyectando una película al estilo cine de verano, solo que no habían sillas, la gente se sentaba en el suelo y era en un pequeño descampado donde la gente podía entrar y salir libremente. Que recuerdos me vinieron de la playa. También había un escenario con música en directo, pero debía ser malo hasta para ellos porque solo había un grupo de borrachos bailando (haciendo el idiota). Había mas gente en el escenario que abajo.
Y de ahí a dormir, porque al día siguiente nos levantaríamos a las 8:30 para evitar las horas de sol y poder visitar lo máximo posible.
Después de un buen desayuno en el guest house para tomar fuerzas, nos alquilamos unas bicis para ir mas rápidamente de un templo a otro. El primero fue Ratcha Burana, que se caracteriza por un gran chedi o estupa central donde fueron enterrados el rey y dos de sus hijos hasta que unos saqueadores profanaron las tumbas y se llevaron el oro que allí había.
A la salida nos encontramos con un simpático hombre que nos ofreció llevarnos a cada uno de los templos que había a las afueras de la ciudad por 500 baths (10 euros) y esperarnos el tiempo que hiciera falta en cada uno de ellos. Al principio no nos dio buena espina, pero nos enseño una libreta que tenía donde gente de distintos países habían anotado sus experiencias con él en muchos idiomas, desde el español hasta el griego, y todas buenas, así que finalmente decidimos fiarnos y fue un gran acierto.
Al primero que nos llevó fue al Wat Yai Chaimongkhon que está habitado por algunos monjes y monjas y destaca por su gran chedi y por un buda reclinado de grandes dimensiones.
De ahí nos fuimos al último wat en ruinas, luego a ver a otro buda reclinado (esa es la posición del nirvana) y por último al único wat que se salvó de la destrucción de los birmanos.
Salimos corriendo después del último templo porque el tren salia de vuelta a las 15:30. Llegamos a Bangkok una hora y media después, pero ahí no acabó nuestro día porque en Bangkok se celebraba el Loi Kratong y nos habían invitado a casa de un japones a verlo desde su terraza. Esta fiesta se celebra en honor a la diosa de los ríos y canales y consiste en dejar en el río los krathongs que son pequeñas cestas decoradas con flores, incienso y velas.
Al final llegamos pronto a la fiesta, así que tuvimos tiempo de relajarnos con una cerveza, charlar, ver la fabulosa vista que tiene desde la terraza y degustar el sushi que había preparado. Al final nos subimos en el barco privado del edificio y realizamos nuestra ofrenda a la diosa.
Y después otra carrera a casa para ducharnos y cambiarnos porque seguidamente teníamos el cumpleaños de Benedetta, una chica italiana que trabaja en la cámara de comercio de Italia. Así que fuimos por tercera vez desde que estamos en Bangkok a casa de Sandro y Federico. Estaba lleno de gente y lo pasamos realmente bien.
Gracias a dios pude llegar a casa antes que mi cuerpo dejara de responderme por el cansancio.
21 de noviembre de 2007
Feria de Propiedad Intelectual
Cuando nos cansamos del vino y estábamos saciados de comida nos pasamos a unos cockteles de cognac que hacían y al Moët Chandon. En eso estábamos cuando conocimos a unos italianos muy majos con los que estuvimos hasta que los camareros nos daban con las escobas en los pies. ¿Porque a los españoles e italianos tenemos que quedar los últimos en irnos de los sitios? El caso es que ayudamos un poco a recoger todo aquello y nos llevamos un par de botellas de Moët Chandon que estorbaban y fuimos a bebernoslas a casa de uno de estos italianos. Para que luego digan que Bangkok es muy grande, fuimos a parar a la casa donde se hacía una fiesta la primera noche que llegamos porque uno de los italianos era compañero de Sandro que fue quien nos invito la primera vez. Así que allí estuvimos charlando y disfrutando de buen champagne.
Al día siguiente llegamos a las diez al centro comercial para empezar nuestra jornada ferial. Estuvo todo bastante tranquilo durante todo el día. Nos dimos unas cuantas vueltas por el resto de stands probando los distintos quesos, vinos y resto de cosas que nos iban ofreciendo.El momento esperado del día era la llegada de la princesa de Tailandia que se daría una vuelta por todos los puestos. En principio nos tenían que echar del recinto para que se inspeccionara todo por seguridad a las 14:00, luego a las 15:00, a las 16:00 y finalmente nadie se fue a ningún sitio hasta que sobre las seis y media sonó el himno en el recinto y llegó la princesa. Allí estábamos todos los importadores tailandeses, la consejera comercial (nuestra jefa), el embajador de España y los dos becarios. Media hora mas tarde, la princesa pasaba por nuestro stand, se comía tres canapés mientras el embajador le explicaba y siguió su camino. No me dio tiempo casi ni ha hacerle la reverencia.
Sobre esta princesa dicen que es muy inteligente, siempre va con una libreta en la mano donde apunta todo aquello que encuentra de interés y se preocupa por los problemas del pueblo. Precisamente por eso su padre (el rey) es también muy querido en el país, siempre ha estado muy implicado en los problemas y ha implantado soluciones reales a problemas importantes. Aquí hay mucho miedo a que el rey muera porque no se sabe lo que puede pasar. Su hijo y heredero no se le tiene aprecio aquí, es el típico niño que ha nacido en una familia rica y no valora el resto, derrochando dinero por todos sitios. Así que se dice que el rey puede haber llegado a un acuerdo con sus hijos para que a su muerte se repartan las funciones y reinen los dos. Eso si, a la princesa le ha puesto la condición de que no puede casarse para reinar. Aquí no se andan con tonterías. El hermano mayor del actual rey solo reinó durante seis meses porque apareció una mañana en su cama con un tiro en la cabeza y una pistola a su lado. La versión oficial es que se suicidó, pero ¿que rey hace eso al poco tiempo de subir al trono?.
Bueno, después de esta clase de historia seguimos, aunque ya hay poco que contar. Tras el paso de la princesa se hizo la hora de cerrar el chiringuito y nos fuimos.
Ale, pues ya he visto a mi primera persona con sangre azul.
14 de noviembre de 2007
Concierto de Linkin Park
Duraría algo mas de hora y media que se me hicieron como veinte minutos a pesar de que hubo bis.
Luego empezó el camino de vuelta a casa. Habían muy pocos taxis y los que pasaban ya iban llenos de gente. Tardé unos veinte minutos en poder para uno libre, pero me quería cobrar 500 baths en lugar de ponerme el taxímetro. El segundo y el tercero dijeron lo mismo. Llegó un momento que no pasaba absolutamente ningún taxi, ni con ni sin gente, y un policía me recomendó que me acercara casi hasta la entrada a la autopista porque allí sería mas fácil. El primero que conseguí parar le pedí por favor que me pusiera el taxímetro porque viajaba solo y era un abuso cobrarme ese precio. Este tenía cara amable y aceptó llevarme. Como no tenía prisa le dije que no me llevara por la autopista y finalmente me cobró 180 baths.
Y eso fue todo. Un gran concierto que no olvidaré.
Ya sabéis que el resto de fotos están aquí
13 de noviembre de 2007
El mercado flotante
Así que aprovechamos para ir a ver el mercado flotante de Damnoen Saduak. Cogimos un autobús el viernes. Llegamos por los pelos porque no sabíamos muy bien los horarios y nos subimos al último. Tuvimos que viajar un rato de pie porque todos los asientos estaban ocupados hasta que pasamos unas cuantas paradas y la gente empezó a bajar. Tardamos al rededor de una hora y media en la que nos dio tiempo a dormir un poco. No sabemos porque, al bajar del autobús habían casualmente tres moto-taxis esperando y nos llevaron al resort. Aquí voy a hacer un inciso porque yo no se exactamente como llamar a este tipo de sitios. Está claro que no es un hotel, es mas bien como un hostal pero mas bonito, así que es una cosa intermedia que llamaremos a partir de ahora "resort". Bueno, el caso es que el sitio era precioso, con un canal en medio y unos puentes de madera que te permitían pasar a las dos filas de habitaciones que había a los lados.
Cuando llegamos la cocina ya estaba cerrada, así que después de dejar las mochilas en la habitación llamamos a otro moto-taxi para que nos llevara a algún sitio a comer. La verdad que la calle estaba bastante solitaria, y nos llevo a un lugar de bufete libre. Como muchas de las cosas que habían para comer no las conocíamos nos decidimos por la carne que es mas difícil fallar. Nos pusieron un artilugio para hacer la carne que consistía en una base metálica donde se alojaba el carbón con las brasas y encima un recipiente en forma de ovni. El ovalo central estaba rodeado por agua caliente y dicho ovalo tenía unos agujeros por donde salía el calor con el que se hacía la carne. La grasa de la carne caía en el agua y junto con un poco de maíz y unas hojas de no se que se convertía en una sopa muy buena. Nos pusimos las botas, y los pobres camareros aguantaron allí sirviéndonos hasta que no pudimos mas. La gentileza de esta gente no acaba aquí, ya que después de pagar se ofrecieron a llevarnos en su coche gratis de vuelta al resort, y con una sonrisa de oreja a oreja en la cara.
Al día siguiente a las 07:30 en pie porque a las ocho venían a recogernos para llevarnos al mercado. Nos subieron en una barca y nos llevaron hasta el mercado. A esas horas de la mañana, en barca por los canales y a una buena velocidad que nos llevaba el "marinero", se notaba bastante fresco. El mercado ha perdido el encanto que tuvo hace ya unos cuantos años. Ahora solo hay puestos de regalos y barcas con fruta o dulces típicos de la zona. Consiste en unos pocos canales en los que hay puestos en las orillas dando al canal y pequeñas barquitas donde los lugareños venden su fruta. Tu marinero se va acercando a los distintos puestos o barcas según tu le vas indicando para comprar algo. Es un paseo bastante relajado e interesante. Nos habían dicho que fuéramos al mercado justo cuando abrieran, y así lo hicimos porque una hora mas tarde el tráfico por esos pequeños canales ya se hacía complicado por la cantidad de barcos turistas con sus cámaras de fotos.
Como era pronto y aún nos quedaba mucho día por delante, decidimos volver a Bangkok por otra ruta. Primero cogimos un autobús hasta Samut Songkhram. El autobús nos dejó en medio de ningún sitio por donde solo pasaban dos grandes carreteras que estaban a medio construir. Estuvimos merodeando un poco intentando orientarnos, pero en cuanto tuvimos la oportunidad hicimos lo que mejor sabemos hacer aquí: preguntar. Gracias a eso conseguimos que un hombre nos paseara por toda la ciudad esperándonos a que acabáramos cada una de las visitas que le íbamos diciendo que queríamos visitar. La ciudad está situada en el golfo este de Tailandia y lo mas interesante de ver son algunos de sus templos y un mercado con vistas al mar. Después de comer nos dirigimos a la estación de tren donde nos encontramos con un mercado que se realiza encima de las vías del tren y que habíamos conocido anteriormente por un vídeo en Youtube. Es muy curioso porque los puestos están a los lados de la vía y la gente pasea por en medio, cuando el tren va a pasar recogen las cajas que hay encima y los toldos, y una vez que ha pasado vuelven a colocarlo todo en su sitio y siguen con su actividad. Creo que solo circula dos o tres veces al día, por eso se lo pueden permitir.
El tren era bastante rústico, con ventiladores en el techo para combatir el gran calor que hacía y unos asientos bastante incómodos, pero el paisaje merecía la pena, pasamos por un montón de pueblos y por frondosos campos. Finalmente llegamos a Bangkok muertos de cansancio pero con la sensación de haber disfrutado del viaje.
6 de noviembre de 2007
Royal Barge
Así que allá que fuimos el Lunes. Como supusimos que el tráfico iba a estar muy mal por esa zona, pensamos en coger una barca por uno de los canales que atraviesan la ciudad. Son muy curiosos. Vas a la parada, el barco llega a toda velocidad, lo amarran durante el tiempo justo para que la gente salte por la borda y se marcha hacia la siguiente parada. Después pasa un revisor andando por la borda del barco con un casco para no dejarse la cabeza al pasar por un puente bajo. Como el río está tan sucio, tienen unas lonas azules que suben al tirar de una cuerda para que no te salpique el agua. Es un método rápido y barato, y además ves otra zona de Bangkok que solo puedes ver así.
5 de noviembre de 2007
Koh Lanta
Era una de esas playas de agua templada, arena fina y donde se une con la selva.
Después de pasear y bañarnos por la playa comimos deliciosa comida tai (ya os empezaréis a dar cuenta que casi es lo único que comemos aquí) porque después nos venían a recoger para llevarnos a otro resort al final de la isla.
Mereció la pena a pesar de que había vuelto a empezar a llover. El pick-up nos condujo por unos caminos de tierra bastante sinuosos hasta una bahía que pensaba que fuera difícil de superar por la anterior. Las cabañas eran de mejor calidad y tenían baño y ducha dentro, pero lo mejor era que tenían vista directa al mar y tenía un restaurante justo encima de las rocas con una terraza donde poder tumbarte a cenar. Aquí en Tailandia anochece muy pronto, al rededor de las seis, así que a pesar de que estaba ya oscureciendo y lloviendo, cuando llegamos los propios empleados del resort nos invitaron a jugar una partida de volley playa. Como siempre, mi equipo ganó. Ya estábamos mojados porque llovía otra vez con mucha fuerza, pero nos dimos cuenta de que el agua del mar estaba caliente cuando entramos. Y que se hace después de un gran esfuerzo físico? Pues una gran cena. Nos enseñaron una bandeja de pescado que habían capturado esa mañana ellos mismos, y no pudimos decir que no. Nos pusimos hasta arriba de gambones, sepia y unos pescados típicos de la zona.
Y después, unas cervezas mientras jugábamos a las películas frente a los ojos asombrados de los empleados. Me hubiera gustado saber que se les pasaba por su cabeza de nosotros.
Como sucedió anteriormente, al día siguiente tuve que frotarme los ojos y pellizcarme para creerme lo que veía. Indescriptible, una imagen vale mas que mil palabras.
Como todo lo bueno, rápido se acaba. Después de comer vuelta a la bulliciosa Bangkok.