5 de noviembre de 2007

Koh Lanta

Lo estábamos deseando, y casi después de un mes de haber aterrizado en estas tierras lo hemos conseguido. Hemos ido a la playa!!!

Ko Lanta es una isla al sur de Tailandia perteneciente a la provincia de Krabi. Consta de dos grandes islas: Ko Lanta Noi y Ko Lanta Yai, estando la primera casi deshabitada y la segunda mas al sur. Se encuentra en frente de la más conocida isla de Ko Phi Phi que fue afectada por el tsunami del 2004, aunque en mucha menor medida.

Nuestro viaje, como siempre, comenzó el viernes volando desde Bangkok hasta Krabi donde llegamos a las 18:30. El vuelo duró hora y media. En el mismo aeropuerto, a nuestra llegada, alquilamos una furgoneta al estilo grupo de rock que nos llevó hasta nuestro destino. Fueron otras dos horas y media por carretera. Pero nada mas bajar del avión nuestros ánimos se desplomaron al ver la lluvia y todo el suelo lleno de charcos que indicaba que ya llevaba tiempo haciéndolo. No paró en todo el camino, y había zonas en las que la carretera estaba casi inundada y la luz había desaparecido de la mayoría de casas y establecimientos a causa de tanta agua. Tuvimos que usar dos ferries para llegar a la segunda isla a la que nos dirigíamos. Cuando llegamos seguía lloviendo y tampoco había luz. Lo que mas nos extraño fue que parecía que la gente hubiera sido abducida por los extraterrestres, no había un alma, y nosotros llegábamos con el estómago vacío. Después de dejar las mochilas buscamos un lugar donde calmar nuestros estómagos. Tuvimos que andar por diez minutos a través una playa totalmente a oscuras y únicamente ayudados por un par de linternas. Era el bar de un resort contiguo que ya estaba casi cerrando y en el que se apiadaron de nosotros al ver nuestras caras. Nos sirvieron unos sadwiches que son supieron a gloria. Que se hace después de cenar en la playa? Pues nos sentamos en el "abandonado" bar de nuestro resort, a oscuras, y estuvimos hablando y tomando cervezas hasta que notamos que empezábamos a decir tonterías.

A la mañana siguiente lo vimos todo mas claro con la luz del día. Estábamos en el paraíso. Habíamos dormido en unas cabañas de paja, rodeados de césped y a un minuto andando de una playa casi solitaria. Estuve contemplando la playa durante diez minutos porque no podía creermelo.




Era una de esas playas de agua templada, arena fina y donde se une con la selva.

Después de pasear y bañarnos por la playa comimos deliciosa comida tai (ya os empezaréis a dar cuenta que casi es lo único que comemos aquí) porque después nos venían a recoger para llevarnos a otro resort al final de la isla.
Mereció la pena a pesar de que había vuelto a empezar a llover. El pick-up nos condujo por unos caminos de tierra bastante sinuosos hasta una bahía que pensaba que fuera difícil de superar por la anterior. Las cabañas eran de mejor calidad y tenían baño y ducha dentro, pero lo mejor era que tenían vista directa al mar y tenía un restaurante justo encima de las rocas con una terraza donde poder tumbarte a cenar. Aquí en Tailandia anochece muy pronto, al rededor de las seis, así que a pesar de que estaba ya oscureciendo y lloviendo, cuando llegamos los propios empleados del resort nos invitaron a jugar una partida de volley playa. Como siempre, mi equipo ganó. Ya estábamos mojados porque llovía otra vez con mucha fuerza, pero nos dimos cuenta de que el agua del mar estaba caliente cuando entramos. Y que se hace después de un gran esfuerzo físico? Pues una gran cena. Nos enseñaron una bandeja de pescado que habían capturado esa mañana ellos mismos, y no pudimos decir que no. Nos pusimos hasta arriba de gambones, sepia y unos pescados típicos de la zona.



Y después, unas cervezas mientras jugábamos a las películas frente a los ojos asombrados de los empleados. Me hubiera gustado saber que se les pasaba por su cabeza de nosotros.
Como sucedió anteriormente, al día siguiente tuve que frotarme los ojos y pellizcarme para creerme lo que veía. Indescriptible, una imagen vale mas que mil palabras.

Como todo lo bueno, rápido se acaba. Después de comer vuelta a la bulliciosa Bangkok.

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