El jueves fue festivo, así que me cogí el viernes de vacaciones y salí el mismo jueves por la mañana casi con el bañador puesto. El avión salía a las siete de la mañana, así que mejor no os cuento a que hora sonó mi despertador, pero a las diez y media ya estaba mojándome los pies en el agua. Ese día lo pasamos en Koh Samui. El resort que había encontrado Myriam estaba muy bien y en una playa tranquilísima y preciosa donde pasamos todo el día tirados.

Al día siguiente también madrugamos porque queríamos coger un ferry que nos llevara a Koh Tao temprano para poder disfrutar del día, pero la compañía tuvo problemas con uno de los barcos y llegó con casi tres horas de retraso, y el tiempo de espera lo entretuvimos discutiendo con la gente de la compañía hasta que nos prometieron devolvernos el dinero de un billete completo por pesados, pero ya habíamos perdido casi el día entero, pero no nuestras ganas de playa y acabamos dándonos un baño bajo la luna.
Para el día siguiente habíamos contratado un par de inmersiones de buceo, así que por la mañana nos dimos un baño tranquilo en la playa que teníamos casi a los pies de la cabaña y a medio día embarcamos. Estuvieron bien las inmersiones, pero creo que después de haber estado en las Islas Surin y haber visto de todo allí esto me pareció un poco pobre, pero exploramos una cueva que estuvo muy guay.



El resto del día retozando por la casa.
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