Nos sentamos en el tren, que nada tenía que ver con los que yo había cogido en Bangkok, nos acomodamos y el tren se puso en marcha. Sin apenas darnos cuenta cogió una velocidad punta de mas de 350km/h y en 45 minutos recorrió los 202km y nos plantamos en nuestro destino.
En ese momento fui yo, como español, el que sintió pertenecer a un país aún en vías de desarrollo y muy alejado de aquellos punteros en infraestructuras y tecnología. El AVE del que tan orgullosos están algunos no es capaz de superar los 310km/h.
A la llegada a Hangzhou (杭州), y tal y como esperaba, un gran número de personas comenzaron a acercarse para ofrecernos rutas turísticas. Yo ya iba con una ruta establecida de las cosas mas importantes y ninguna coincidía con las preestablecidas que nos enseñaban. Estuvimos un buen rato intentando conseguir que alguien se ajustara a lo que nosotros queríamos. En un momento dado miré a mi alrededor y éramos los únicos extranjeros en toda la estación de tren, cosa que fue la tónica del resto del día. Finalmente dimos con un amable señor que accedió a llevarnos a todos esos sitios por unos 350¥, que hablaba un inglés bastante correcto y que nos contó muchas cosas sobre el país e incluso su familia.
A la salida del recinto de la Estación de la Ciudad (城站) nos topamos con mucho tráfico y obras por todos sitios, además grandes edificios rodeaban la zona. Al preguntar al taxista nos contó que las obras se debían a la construcción de la primera línea de metro subterráneo. Así que lo que nosotros pensábamos que era un tranquilo pueblecito resultó ser una ciudad de tres millones de habitantes! Pero no por ello deja de tener una buena cantidad de importantes reliquias y bellezas naturales.
Nos acercamos a la zona sur del Lago del Oeste o Xī Hú (西湖) que es posiblemente la parte mas bonita de la ciudad por su paisaje, antiguos monumentos, cuevas y grabados. Está rodeada de montañas por tres de sus lados.
La primera visita fue a Leifeng Pagoda (雷峰塔). Su construcción original data de 975 AD para celebrar el cumpleaños del hijo del rey Qian Chu. Durante la dinastía Ming, la ciudad fue atacada por piratas japoneses que creyeron que la pagoda escondía armas, así que la quemaron dejando solo su estructura de ladrillo. Mas tarde la población empezó a creer que los ladrillos de la torre podían evitar enfermedades e incluso abortos, así que robaban esos ladrillos hasta que en 1924 se derrumbó. Este derrumbe provocó que el mausoleo escondido bajo la pagoda lleno de tesoros y un pelo de Buda recubierto de oro y plata, no fuera descubierto hasta el año 2001 durante la reconstrucción que finalizó al año siguiente.
La cantidad de paraguas que se ve en la foto demuestra el sol y el aplastante calor que reinaba ese día. Además este tipo de monumentos no ayudan en nada con sus interminables escaleras, así que entre visita y visita disfrutábamos todo lo posible del aire acondicionado de nuestro amable chófer.
Justo frente a la pagoda y tan solo cruzando la carretera se encuentra el Templo de Jingci (净慈寺). Junto con el Templo Lingyin forman lo que es llamado "la joya de las colinas del sur y el norte"
El siguiente fue el Templo Lingyin (灵隐寺), uno de los mas grandes de China. De echo no nos dio tiempo a visitarlo entero. Es un gran recinto rodeado de mucha vegetación en donde puedes encontrar un gran número de pagodas, grutas budistas y grabados rupestres religiosos.
Fundado en el 328AD como monasterio contaba con 9 edificios de varias plantas, 18 pabellones, 72 salones, 1300 dormitorios y una población de mas de 3000 monjes. Hoy en día siguen llegando peregrinos.
A continuación nos dirigimos al Templo Zhonglie. Repetidamente reconstruido a través de la historia, consta del edificio principal del templo, el patio y la Puerta de Entrada al templo. El edificio principal es usado para consagrar y adorar al gran general Yue Fei que lideró la defensa del sur de Imperio Song contra los invasores del norte de China y le fue concedido a titulo póstumo el titulo de Principe de E. Se puede ver en este lugar una estatua del héroe nacional.
Los edificios anexos están dedicados a Zhang Xian y Niu Gao, que fueron los generales subordinados que siguieron a Yue Fei.
A la salida paramos un rato a contemplar la maravillosa vista desde la orilla del Rio Yangtze que también pasa por Shanghai y por Suzhou que visitaríamos al día siguiente.
Finalmente, y como aún quedaba un rato para que nuestro tren saliera de vuelta hacia Shanghai, el guía nos dejó en una bonita calle peatonal donde habían comercios y muy buen ambiente de gente paseando por la zona. Por supuesto turismo extranjero cero, así que la sensación es mucho mas auténtica y puedes apreciar a la gente a la que apenas le ha influido el mundo occidental.
Desde aquí fuimos paseando hasta la estación de tren tranquilamente. Este área contiene un pequeño laberinto de calles todas peatonales.
Nos dijeron que la estación estaba cerca, o al menos eso entendimos, pero la realidad fue otra y tuvimos que caminar unos largos treinta minutos, que a estas alturas del día se nos hicieron muy pesados. A mitad de camino entramos en un centro comercial de barrio pero que en dimensiones superaría a muchos supermercados españoles donde podías comprar todo tipo de cosas. a comprar algo de cenar.
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